Fallas de Sagunto temen el cierre de casales ante la normativa del Consell

Locales insonorizados, respetar un horario de cierre y contar con salidas de emergencia. Estas serán algunas de las condiciones que tendrán que cumplir las asociaciones culturales de la Comunitat una vez que se apruebe la normativa que está redactando la Conselleria de Gobernación. Una propuesta que no ha convencido a numerosas fallas de Sagunto que ven cómo estas exigencias pueden provocar el cierre de casales. Y es que, según apuntaron algunas de las comisiones, estas obras supondrán un gasto que no todas las fallas podrán asumir.

En algunos de los casos, el cumplimiento de estos puntos obligará a buscar casales alternativos para instalar salidas de emergencia, ya que no todos los inmuebles permiten esta obra. Este es el caso de la falla Churruca. "No sé si los metros de fachada que tenemos en nuestro local permitirán hacer un nuevo acceso de emergencia", apuntó el presidente, José María Ponce.

De hecho, la noticia de esta nueva normativa supuso un jarro de agua fría para muchas de las fallas de Sagunto. "Cuando me enteré me eché a temblar. Este año vamos un poco ahogados, imagínate en 2009 con la bajada de falleros", continuó Ponce.

Esta situación se repite en la falla Mare Nostrum que presenta grandes dificultades para ubicar una salida de emergencia. "Tendría que ser al lado de la puerta de entrada pero no podemos hacerla", declararon desde esta comisión.

Además advirtieron de que el cumplimiento estricto de esta normativa "puede provocar el cierre de muchos locales. Para nosotros sería muy difícil buscar otro bajo por la zona", afirmaron desde esta falla.

Las dificultades de muchos casales para cumplir la normativa es extendida por las fallas de Sagunto. Para la falla San Francés, "se van a cargar el 80% de las comisiones. Ya nos viene justo montar cuatro muñecos y si siguen así, al final desistiremos", criticó su presidente, Juan Ramón Gómez.

Y es que algunas de las fallas del municipio ven que esta normativa es "excesiva", ya que consideran que no tienen problemas de ruidos y, por tanto, "no es necesario insonorizar el local". Este es el caso de la falla El Palleter. "Yo lo insonorizaría si tuviese la música a toda marcha. Nosotros no lo debemos hacer porque no molestamos a nadie. Veo esta normativa una chorrada en nuestro caso. Si siguen así nos van a quitar la fiesta", matizó su presidente, Juan Ramón Abad.


Salida de emergencia
A pesar de esta oposición, más de la mitad de las fallas consultadas por este diario declararon que, al menos, cumplen algunos de los puntos que establecerá esta normativa. Por ejemplo, la falla Doctor Palos tiene una salida de emergencia, sin señalizar, y parte del local insonorizado además de las luces de emergencia. Además ven positiva esta propuesta "por lo que pudiera pasar aunque nos va a costar mucho dinero cumplir la normativa", declaró su presidente, José Piquer.

También tienen salida de emergencia las comisiones de La Marina aunque advirtieron de que "si se cumple a raja tabla la mayoría de los casales tendrá que cerrar", declararon. De hecho, desde esta comisión ya han calculado que la insonorización de su local podría alcanzar los 50.000 euros.

Sin embargo, la instalación de una salida de emergencia es uno de los mayores obstáculos con los que se puede tropezar una comisión. En el caso de La Palmereta, esta obra supondría "hacer una reforma porque debido a la estructura del casal, esta salida sería sólo posible en los aseos. Tendríamos que cambiar todo, incluso las tuberías", afirmó su presidente, José Constancio.

Aunque en todo caso siempre existe la excepción que confirma la regla. Por ejemplo, la falla Santa Ana cuenta con salida de emergencia y una doble pared, lo que garantiza la insonorización, según esta comisión. Además "contamos con licencia de apertura para casal fallero", apuntaron desde esta asociación cultural. No obstante, donde hay más coincidencia es en el horario de cierre de los casales que se sitúa entre las 12 o la una de la madrugada. También indicaron que son "muy respetuosos y cívicos con el vecindario". Por lo que no temen cumplir un horario fijado por la Administración autonómica, ya que consideran que cumplen un horario prudente.
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